domingo, 12 de octubre de 2014

Desde un punto de vista general, la disciplina es la serie de valores fundamentales en el proceso de formación de las personas. Gracias a estos valores podemos desarrollarnos como seres cívicos y podemos inculcar en nosotros la autorresponsabilidad.
Me voy a centrar, sobre todo, en la disciplina que se debe dar en los centros educativos y en casa. En casa, la disciplina es ocupada por los padres, ellos son los que tienes que inculcar todos estos valores. Cada quien tiene su forma de educar a sus hijos, unos usan el castigo como medio de influir en ellos y otros usan las palabras. El castigo me parece menos ético a la hora de hablar sobre la disciplina (no digo que no se deban aplicar castigos, pero no usarlo como único método), ya que va en contra del verdadero valor de la disciplina, que es educar y formar a sus hijos. En cambio en los centros educativos, la disciplina es desempeñada por los profesores, que como los padres, nos proporcionan una serie de conocimientos y valores que pondremos en práctica en un futuro. Pero pienso que la obligación de un profesor es, sobre todo, impartir clases, ya que los padres son los que tienen que instruir desde pequeños a sus hijos para estar preparados en ciertos momentos (por ejemplo, a la hora de hablar con alguien, saber que registro usar).
Todo esto nos indica que la disciplina de esta sociedad esta marcada por una jerarquía, en la que las autoridades (padres, tutores, profesores…) son los que deben infundir en nosotros estas enseñanzas.